Muchas veces llegamos cansados a casa y todavía nos esperan un montón de cosas por hacer. Vivimos con una eterna sensación de que nuestro día no termina nunca. Para relajarnos, hay un par de buenos consejos de la mano de la aromaterapia que podemos empezar a implementar y que nos ayudan a focalizar, concentrar, energizar o simplemente descansar mejor.
¿Qué es la aromaterapia?
Sabías que todos alguna vez usamos técnicas de aromaterapia sin caer en la cuenta de que las estábamos aplicando. Pero, esta terapia se inició hace más de 8.000 años como una alternativa de curación natural.
Al principio, fueron los curanderos quienes hacían unas fórmulas aromáticas con hojas, flores y hierbas, y las usaban para curar enfermedades. Pero cada cultura la aplicó de diferentes maneras.
Los egipcios usaban unguentos y escencias para embalsamar los cuerpos de sus difuntos. Cuenta la leyenda que hasta Cleopatra usó en forma de aceite una mezcla de rosa, cardamomo y canela para seducir a Marco Antonio.
Los griegos descubrieron que ciertas flores emanaban un olor relajante e incitaban al sueño y que habían otros que estimulaban y renovaban la energía.
Los hindúes usaban las plantas como reflejo de su visión religiosa y filosófica.
China también tiene una tradición muy antigua de medicina con hierbas que se utiliza en combinación con la acupuntura.
Pero, fue el químico René Maurice Gattefossé, que trabajaba para una compañía de perfumes en Europa quien allá por el año 1920 dió origen a la aromaterapia moderna. Un día estaba trabajando en su laboratorio y se quemó la mano. Automáticamente puso la mano en aceite puro de lavanda y notó que la herida no sólo se curó rápidamente sino que no se infectó ni le quedó cicatriz. Todo esto lo llevó a estudiar e investigar el uso de los aceites esenciales en dermatología, y otros usos medicinales. Podríamos decir que allí comenzó el arte de la cosmética natural que aplica los principios activos de flores, plantas y otros elementos en la confección de sus productos.
¿Cómo podemos aplicarla nosotros?
La aromaterapia se puede aplicar en hornillos, ungüentos, en velas perfumadas, directamente de las hojas o flores de las plantas, por medio de la cocción.
Karina Parada, Directora de Deva´s nos acercó algunas fórmulas para usar en la oficina y el hogar. Nos cuenta que hay combinaciones de dos o tres aceites esenciales que podemos preparar nosotros mismos. Vamos a conocer algunos:
Para el stress (lavanda, azahar): contribuye a equilibrar el sistema
nervioso central, libera tensiones, genera una sensación de bienestar.
Para la oficina (peppermint, pino, lemongrass): despeja la mente,
favorece la concentración y combate la apatía.
Para el insomnio (lavanda, melisa): favorece la relajación, promueve
el buen descanso. Te acordás que la abuela hacía unas bolsitas con lavanda para poner debajo de la almohada… Es eso. La de la bolsita de flores de lavanda bajo la almohada es buena.
Para la armonización (limón, bergamota, alcanfor): crea el clima
ideal para meditar, aquieta la mente y despeja el ambiente.
Para la intimidad (ylang ylang, rosa, jazmín): crea un clima de
intimidad propicio, favorece el acercamiento.
Para más información: http://www.devas.com/
¿Qué es la aromaterapia?
Sabías que todos alguna vez usamos técnicas de aromaterapia sin caer en la cuenta de que las estábamos aplicando. Pero, esta terapia se inició hace más de 8.000 años como una alternativa de curación natural.
Al principio, fueron los curanderos quienes hacían unas fórmulas aromáticas con hojas, flores y hierbas, y las usaban para curar enfermedades. Pero cada cultura la aplicó de diferentes maneras.
Los egipcios usaban unguentos y escencias para embalsamar los cuerpos de sus difuntos. Cuenta la leyenda que hasta Cleopatra usó en forma de aceite una mezcla de rosa, cardamomo y canela para seducir a Marco Antonio.
Los griegos descubrieron que ciertas flores emanaban un olor relajante e incitaban al sueño y que habían otros que estimulaban y renovaban la energía.
Los hindúes usaban las plantas como reflejo de su visión religiosa y filosófica.
China también tiene una tradición muy antigua de medicina con hierbas que se utiliza en combinación con la acupuntura.
Pero, fue el químico René Maurice Gattefossé, que trabajaba para una compañía de perfumes en Europa quien allá por el año 1920 dió origen a la aromaterapia moderna. Un día estaba trabajando en su laboratorio y se quemó la mano. Automáticamente puso la mano en aceite puro de lavanda y notó que la herida no sólo se curó rápidamente sino que no se infectó ni le quedó cicatriz. Todo esto lo llevó a estudiar e investigar el uso de los aceites esenciales en dermatología, y otros usos medicinales. Podríamos decir que allí comenzó el arte de la cosmética natural que aplica los principios activos de flores, plantas y otros elementos en la confección de sus productos.
¿Cómo podemos aplicarla nosotros?
La aromaterapia se puede aplicar en hornillos, ungüentos, en velas perfumadas, directamente de las hojas o flores de las plantas, por medio de la cocción.
Karina Parada, Directora de Deva´s nos acercó algunas fórmulas para usar en la oficina y el hogar. Nos cuenta que hay combinaciones de dos o tres aceites esenciales que podemos preparar nosotros mismos. Vamos a conocer algunos:
Para el stress (lavanda, azahar): contribuye a equilibrar el sistema
nervioso central, libera tensiones, genera una sensación de bienestar.
Para la oficina (peppermint, pino, lemongrass): despeja la mente,
favorece la concentración y combate la apatía.
Para el insomnio (lavanda, melisa): favorece la relajación, promueve
el buen descanso. Te acordás que la abuela hacía unas bolsitas con lavanda para poner debajo de la almohada… Es eso. La de la bolsita de flores de lavanda bajo la almohada es buena.
Para la armonización (limón, bergamota, alcanfor): crea el clima
ideal para meditar, aquieta la mente y despeja el ambiente.
Para la intimidad (ylang ylang, rosa, jazmín): crea un clima de
intimidad propicio, favorece el acercamiento.
Para más información: http://www.devas.com/
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